En que creen los bahá´ís
La vida del espíritu

Una vida de entrega generosa

Así como la razón de ser de una vela es iluminar, el alma humana ha sido creada para dar con generosidad. Alcanzamos nuestro propósito más elevado cuando dedicamos nuestra vida al servicio, compartiendo nuestro tiempo, energías, conocimientos y recursos con los demás.

El verdadero impulso para dar nace del amor de Dios. A medida que este amor llena nuestros corazones, la generosidad se convierte en un rasgo esencial del patrón de nuestra conducta. Cuando servimos a la humanidad por amor a Dios, no buscamos reconocimiento ni recompensa, ni actuamos por temor al castigo. Una vida consagrada al servicio se fundamenta en la humildad y el desprendimiento, lejos de cualquier interés personal o afán de ostentación.

Shoghi Effendi ha escrito:

«Debemos ser como una fuente o manantial que está continuamente vaciándose de todo lo que tiene y está continuamente llenándose de nuevo de una fuente invisible. Dar en todo momento por el bien de nuestros semejantes sin vacilar por temor a la pobreza y confiados en la infalible generosidad de la Fuente de toda riqueza y todo bien: éste es el secreto del verdadero vivir».

«Dar y ser generoso son atributos Míos, dichoso aquél que se adorna con Mis virtudes».